Viviendo en un recuerdo

Y ahora miro esta carpeta y no puedo evitar deprimirme. Para mí ha sido una de las mejores experiencias de mi vida. Cada momento en la Plaza de la ciudad Vieja, cada minuto con vosotros fue único. Ojalá pudiera volver atrás para repetirlo otra vez. Cada explicación semiaburrida con el guía tostón, cada cerveza en Viena, cada crêpe en el mercadillo de Praga, cada café de Starbucks, cada paseo por el puente de Carlos esquivando los baches de las obras, cada noche de hotel, Karlovi-Lazne... Fueron tantos momentos juntos. Aun recuerdo el goulach picante de Karlovi Vari, que nadie se lo podía comer, el bautizo del pollo (Si, el de la foto, que me lo lleve para hacerle un reportaje a lo Amelié)

Cada rato en la hierba tumbados fue único, la espera en Barcelona contando los minutos para que el avión despegara, y los minutos dormidos en el aeropuerto de Praga deseando volver a vivir la experiencia otra vez, deseando que el avión no llegara. Solo os pido repetir el viaje, a poder ser a Praga y Viena, pero aunque sea a Garrapinillos volver a pasar 1 semana juntos (Esperemos no matarnos entre nosotros).

En definitiva, gracias por un viaje maravilloso que me alegro la primavera del año pasado.